Cuanto más atractiva una planta a los insectos, aumenta el índice de visitas y por lo tanto la producción de semillas. Este proceso de selección natural evolucionó conjuntamente con los insectos, desarrollándose nuevas formas de recompensa a cada visitante.
Puede que una similar dinámica regule la manera en la que la belleza de las muchachas gestiona las miradas ensemilladas.
ResponderEliminarDefinitivamente no somos más que insectos...
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