Los hongos deberían disfrutar de un espacio filosófico propio. Son tremendamente seductores, hermosos diría yo, y extremadamente ricos o venenosos. Difícil resistirse a la tentación de tan placentero salto al abismo. Me permito suponer que a Aristóteles, fundador del sentido común, no le gustarían, salvo después de haberse entregado a los brazos de su Pythias.
Los hongos deberían disfrutar de un espacio filosófico propio. Son tremendamente seductores, hermosos diría yo, y extremadamente ricos o venenosos. Difícil resistirse a la tentación de tan placentero salto al abismo.
ResponderEliminarMe permito suponer que a Aristóteles, fundador del sentido común, no le gustarían, salvo después de haberse entregado a los brazos de su Pythias.
Uno de estos y vas a ver pitufos, pitufinas y todo lo que las alucinaciones quieran ja ja ja
ResponderEliminar