Posiblemente las mariquitas no tengan conciencia de su generosa anatomía, es un mal muy generalizado entre los que ostentan un cuerpo voluminoso. Y además, lo que es mucho peor, no se reconoce carente de mimetismo. Pura idiosincrasia.
Sin estos fantásticos animalitos los ilustradores de libros infantiles habrían perdido una invaluable aliado...
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Posiblemente las mariquitas no tengan conciencia de su generosa anatomía, es un mal muy generalizado entre los que ostentan un cuerpo voluminoso. Y además, lo que es mucho peor, no se reconoce carente de mimetismo. Pura idiosincrasia.
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